El título de esta publicación es el nombre de uno de mis poemas favoritos de Charles Bukowski. Aunque bien pudo llamarse:
“Todos tienen un plan hasta que reciben el primer puñetazo en la cara”
Frase atribuida a Mike Tyson. Es una línea llena de sabiduría y muy relevante a lo que veo (o dejo de ver) en la industria fitness. Sí, todos somos muy fit… hasta que sentimos un puño atroz crujiendo nuestra dentadura. Seguimos la dieta al fin del cañon y somos intensos en el gimnasio, siempre y cuando no seamos las víctimas de desafortunados contratiempos.
Y tú, ¿qué haces cuando una junta se prolonga tanto que te es imposible llegar al gimnasio? ¿Y qué cuando te ves en la obligación de comer afuera de tu rutina?
Tener un plan b, y un c o hasta un z es una necesidad para llegar a donde quieres. En un mundo perfecto entrenarás siempre a la misma hora y comerás exclusivamente lo que corresponde a tu plan de nutrición. Desafortunadamente el mundo no es perfecto y cosas siempre ocurrirán, así que considera lo siguiente.
*ten a la mano una rutina que puedas hacer desde casa aquellos días en que no pudiste ir al gym.
*adquiere el equipo mínimo que te permita hacer esa rutina.
*carga con alimentos de emergencia en tu mochila o cajuela que te ayuden a permanecer en tu regimen alimenticio cuando no existan opciones viables para hacerlo (latas de atún; carne seca; barras de proteína; bolsas de cacahuates.)
Que la derrota no te derrote suena hasta cierta forma fatalista. Faltar al gimnasio o romper la dieta no son derrotas, pero quizá así te llega mejor el mensaje.
